Un mal día, lean y opinen

Señores, señoras (no se me valla a mosquear la ministra de igualdad) hoy me han estropeado un día que tenía que ser perfecto. Después de un despertar prometedor, con sueño pero prometedor, he ido a la facultad dispuesto a hacer el penúltimo examen de mi vida, el cual lo llevaba bien estudiado (podéis preguntar).

La profesora, por llamar de alguna manera no insultante a ese personaje, ha llegado con una sonrisa de felicidad a lo que ella, creo, ya creía que iba a ser un día peculiar en nuestras vidas. Amablemente y sin previo aviso nos ha cambiado un examen supuestamente teórico (algo que en un primer momento no me suponía ningún problema) en uno práctico cosa que no estoy muy seguro que pueda hacer, y para mas inri, ha decidido que el contenido del examen fuera algo que explico la primera clase de pasada a las tres de la tarde.

Cual ha sido el resultado, 33 suspensos de 35 personas. Yo no escuso mi parte de culpa ya que no me hubiera costado nada mirarme ese mini documento de dos hojas, perdido al lado de dos documentos realmente importantes de teoría y con un volumen muy superior colgados en la web de la facultad.


Lo peor está aun por llegar: mientras estábamos haciendo el examen, al ver que no sabíamos hacer el ejercicio no se le ha ocurrido otra cosa que ponerse a chillarnos, y poco más, y nos ha llamado inútiles. Una vez aburrido de sus berridos y cuando le he entregado lo que he podía hacer, que por cierto por más que ella diga que como mucho es un dos yo pienso que para aprobar si está, le he entregado el examen y amablemente como delegado de la clase le he propuesto que la recuperación nos la hiciera mañana, ya que no le veo sentido dilatar hasta septiembre una cosa tan tonta que todos sabemos hacer, y a las pruebas me remito, acabamos de rodar y montar unos cortometrajes.

Después de esta suplica por mi parte, a M.F. no se le ha ocurrido otra cosa que centrar toda su ira contenida de una vida de frustración sobre mí, pero lo que peor me ha sentado y con lo que ya no me he podido callar ha sido cuando ha empezado a reprocharme en tercera persona cuando ya me estaba marchando, como si yo fuera idiota y no supiera que se refería a mi. Entonces el gen de mi madre a brotado por mis venas y "tanquílamente" me he girado y, resumidamente, le he llamado maleducada.

Una vez pasada la tensión hemos entrado tres compañeros a hablar con ella, tranquilamente y tantear si nos íbamos a tener que comprar un billete de autobús para volver en septiembre, en ese momento hemos visto como le estaba chillando a una compañera que estaba llorando porque por culpa del ordenador su proyecto había desaparecido (aunque suene a escusa es verdad). Deplorable, por no calificarla a ella de una forma peor.

Es una lástima que en sistema educativo de hoy en día los estudiantes estemos totalmente indefensos antes personajes de tal calaña, no es la primera vez que hablo de estos, y en muchas ocasiones refiriendome a esta profesora. Realmente no entiendo como hemos podido llegar a esto, los estudiantes tenemos gran parte de culpa porque nos hemos ido durmiendo en un sistema que cada día se nos hacia mas cómodo.

Pero ¿Nos hemos ido durmiendo, o han querido que nos durmieramos? No se si a alguno de los de arriba le interesaba que esta circunstancia pasara porque de ese modo la universidad día a día dejaria de ser una institución y se convertiría más en lo que es hoy en dá, y más como el proceso de Bolonia en marcha, una empresa, donde quieren que el alumno-cliente pague y despues calle, para que unos poco puedan seguir lucrandose a sus anchas. Muchas veces he recordado y recordaré, aquellas historias que me contaba mi padre cuando los estudiantes luchaban por sus derechos llegando incluso a parar el sistema, por sus creencias.

Muy lejos quedan ya esos tiempos, así que ya que como estudiante he perdido la fuerza, por lo menos como persona he sabido dar la cara, porque nadíe nunca, me va a conseguir pisar. Como dijo ese gran apodado "EL CHE": MÁS VALE MORIR DE PIÉ, QUE VIVIR ARRODILLADO".

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE