Ciccone, cari:
Años e incluso lustros llevábamos esperándote en España desde aquél momento platino peliteñido y esos conos telescópicos en tu busto; para que vengas y nos dejes… Como estábamos, pero con 69 euros menos.
Para empezar, nena, yo con ese money me compro unos trapillos y te “tuneo” creando un estilismo infinitamente mejor que el que mostraste en tu concierto. Eres como Vicky Beckam; podrida de pasta para ser una auténtica hortera y hacernos un show embutida en varios chandals y playeras; eso sí, de lentejuelas y demás brillos.
Claro, que tú, puedes permitirte todas las frivolidades y excentricidades inimaginables para mentes mundanas como las nuestras. Vamos, yo, con tus pounds, a diario comería diamantes y pasaría la aspiradora vestida de novia.
Y después esa peluca estilo Angelina Jolie en “Inocencia interrumpida”; honey, te quedaba fatal. Eso sí, tu bótox tiene denominación de origen.
Darling, ya no molas nada. Aprovecha este momento de tu vida en el que se te marcan tanto las venas de tus brazos, de tanto gimnasio, para volverte una estrella decadente y yonquitizada hasta las pestañas. Y entonces, todos te admiraremos.
Definitivamente, en mi siguiente vida me pido ser Lourdes Maria en ese momento en el colegio en el que le preguntaron: “y tú mamá, ¿en qué trabaja?” Eso si que es guay.
Fdo: Choni-gay-boy
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