Del educador y el educando.

Que hoy en día ser profesor es un fácil, es algo que ya dije una vez en este portal, pero ahora que estoy a tan solo cuatro exámenes de acabar mis estudios, lo pienso con todavía mas fuerza. Creo que cada vez cobra mas sentido la frase "El que vale vale y el que no a enseñar" sobretodo con los profesores universitarios. Son los únicos que no tienen que pasar por ningún tipo de curso post-curricular para poder ejercer su profesión. En su defensa cabe destacar el gran trabajo que les cuesta llegar a ese puesto de trabajo, pero ser capaz de desarrollar un texto académico de un gran volumen, no te garantiza convertirte en la panacea de la educación formal del S. XXI.

Hoy en día los profesores no han estudiado prácticamente nada de pedagogía lo cual hace que se resienta el resultado final de su trabajo. Muchos no entienden que la relación entre el educador y el educando tiene que ser bi-direccional, o sea, tanto tiene que aprender del alumno del profesor, como el profesor del alumno, ese es el único modo de crear una comunión perfecta que favorezca el aprendizaje desde su base.

En muchas ocasiones se hace muy evidente la diferencia entre el educador que si aplica estos principios y el que no, ya que el que los aplica siempre tiene una audiencia fiel que disfruta y aprende y que ofrece unos resultados, que de el otro modo no existirían. Ya empieza a ser normal ver aulas vacías con profesores preguntándose, o no, del porque de este motivo, y es que hay ocasiones que no existe prácticamente ninguna diferencia entre ir a clase o no.

En su defensa hay que decir que el otro factor importante en la educación, el educando, tampoco se lo ponemos fácil. Hace años la universidad era un gran centro de conociento donde la gente no solo aprendía materias que le iban a servir para su futura trabajo, sino también se aprendía para la vida. Hoy en día los alumnos solo ven la universidad como un espacio donde ir, sentarse dos horas a escuchar y retornar a sus maravillosas y placidas vidas a divertirse y disfrutar de eso años universitarias que nunca volverán.