martes, 4 de diciembre de 2007

A una nariz

Se que esto es muy típico pero no me he podido resistir. Después de hablar de Barrio Sésamo me he trasladado a la época del colegio y me ha venido a la cabeza esta poesía.


A una nariz


Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

QUEVEDO

2 comentarios:

Gominola dijo...

Si te leyese góngora haciendo referencia a su "amigo" en el 2007.... un beso de la que algún año de tu vida fue una buena amiga.
Tienes un trocito todavía en mi corazón :)

Anónimo dijo...

Pues resulta que el que tenía la nariz grande era Góngora, y esta es una poesia de Quevedo. Manu, a ver si se te pasa pronto la resaca y cambias el autor!Ah! y un beso a Peter, que se lo estará pasando fatal en Salamanca... Que peligro!