Una noche sin dormir

Cuando leáis estas palabras ya no me podréis hacer compañía en esta noche de insomnio, y es que esta es una noche en la que no puedo dormir.

No es que padezca un trastorno que no me permita dormir, eso lo sigo haciendo como un oso, es que tengo que coger un autobús a las seis de la mañana y pretendo hacerlo sin que me haya visitado el hada de los sueños.

De este modo pretendo convertir las ocho horas de viaje que me esperan en un agradable e incomodo sueño (por mas cansado que este los autobuses siguen siendo un mal sitio para dormir).

Sabéis, en estas horas muertas se te pasan por la cabeza miles de pensamientos que por el día y sin aburrirte ni se asoman por esa región de tu mente. Como por ejemplo porque en Queer as folk no aparece ni por asomo ni un solo etero. Esa serie parece el mundo al revés, no hay nadie que su tendencia sexual sea acostarse con una persona de otro sexo que no sea el suyo. Parece que en este mundo de extremos ni los que estamos en un lado, ni los del otro, nos ponemos de acuerdo para hacer una serie que de verdad nos muestre que en este mundo que nos ha tocado vivir, convivimos personas de muchas tendencias, sin la necesidad de clasificarlos como dos mundos totalmente separados.

Desde este momento hasta la hora que coja el transporte que me devuelva a la tierra del sol, solo tengo dos planes: el primero es hacerme la maleta (ya se que a las 2:20 la tendría que tener ya hecha desde hace un rato) y el segundo es ver una película lo suficientemente interesante para no dormirme.

Para no aburriros mucho mas os dejo, muy feliz por mi parte porque dentro de pocas horas volveré a estar en mi tierra.